Una excursión de senderismo con niños, no es solo salir a caminar y a respirar aire puro rodeado de naturaleza, tiene que ser… ¡un día de aventuras!
Aunque cualquier época del año es buena para practicar senderismo, la mejor sin duda, es en primavera y en otoño, por las temperaturas intermedias sin frío o calor extremos. No obstante, conviene observar las predicciones meteorológicas con antelación para procurar ir cuando no llueva.
Y, aunque haya gente que pueda pensar que es una locura hacerlo con niños pequeños, se puede hacer desde todas las edades si se sale bien preparado, eso sí, no conviene llevarlo todo demasiado organizado ni con horarios estrictos para disfrutar todos sin prisas.
Practicar senderismo en familia tiene muchos beneficios: mejora la capacidad de atención, agilidad, coordinación física, equilibrio, motricidad, estimula la creatividad, reduce el sedentarismo y evita la obesidad, fomenta la tolerancia y el respeto por el medio ambiente y el entorno, favorece la relajación, permite respirar aire puro, aumenta los vínculos afectivos y la relación familiar y, se crean hábitos saludables, entre otros muchos beneficios. Además, los niños recibirán estímulos y experimentarán en plena naturaleza con sus 5 sentidos: observarán las magníficas vistas y disfrutarán de un sinfín de colores, escucharán el sonido del viento y de los pájaros, olerán las flores y la tierra húmeda, podrán tocar la hierba y las hojas y comer los frutos del bosque. Pero, cuidado, debes vigilar todo lo que cojan no vayan a meterse en la boca algún fruto venenoso.
Para empezar, prepara el recorrido involucrando a tu hijo y haciéndole partícipe. Comenzad con entusiasmo para transmitirle esa ilusión y hacerlo poco a poco. Si es vuestra primera ruta en familia, mejor que no sea un viaje demasiado lejos del lugar de residencia y, elige una ruta sencilla, corta y señalizada, que se pueda hacer fácilmente con niños. Si vas con algún bebé que aún no sabe andar, llévale en una mochila de porteo ergonómica en la que lleve la cabeza bien sujeta, y decídete por alguna ruta corta con buen terreno para que su cabeza no se mueva sin control. Aunque tu hijo ya camine, si todavía es pequeño, gran parte de la ruta continuará haciéndola en la mochila, aunque habrá tramos que disfruten haciéndolos andando contigo.
Debéis salir bien preparados y equipados, con ropa adecuada, cómoda y transpirable, y zapatillas deportivas o botas para una mayor sujeción del pie (sobre todo en niños), llevando siempre todo lo que creas que os puede hacer falta, para no tener que abandonar el sendero antes de tiempo.
A los niños, el senderismo se les puede hacer pesado o aburrido. Para evitarlo, es recomendable que vayáis jugando durante el camino; entreteniéndoles con canciones, adivinanzas, contando cuentos o historias, jugando al “veo veo” para identificar cosas durante el recorrido, coleccionando hojas o piedras, echando carreras, tirando piedras al río, etc. Y, por supuesto, debéis hacer largas paradas para descansar y para que jueguen al aire libre, corran y curioseen antes de continuar, sin agobiarles ni sobreprotegerles.
Cuando ya son más mayores (a partir de los 3 años), pueden llevar su propia mochila (ligera) con un sándwich, una botella de agua y su juguete preferido, así le estarás dando también algo de responsabilidad.
No olvidemos que los adultos tenemos que dar ejemplo y respetar y cuidar el entorno, dejándolo tal y como nos lo encontramos, recogiendo y tirando a la basura todos los desperdicios que hayamos generado durante nuestra excursión. Tu hijo puede ayudarte y, así, colabora en proteger el medio.
Todo lo que necesitas llevar a tu excursión
Con una buena planificación y el equipamiento adecuado, la excursión familiar será todo un éxito.
Cosas que no deben faltar en tu mochila:
- Teléfono móvil y mapa del recorrido y alrededores.
- Agua y comida, suficientes provisiones para cualquier hora del día.
- Ropa y calzado de repuesto para los niños, también algo de manga larga por si refresca.
- Protector solar, gorra y gafas de sol, para proteger la piel y los ojos del sol y las quemaduras.
- Repelente de mosquitos para los insectos, especialmente si hay zonas húmedas cerca. Moskito Guard es muy eficaz y te protege a ti y a tu familia de las picaduras de múltiples insectos durante 7 horas (usar en niños de más de 3 años).
- Toallitas y pañuelos higiénicos.
- Bolsas vacías para recoger la basura y meter la ropa en caso de se moje o manche.
- Botiquín pequeño con lo básico, para posibles picaduras o heridas.
- Kit del explorador: ideal para entretenerse cuando los niños son más mayores; lleva, por ejemplo, un bote vacío para poder guardar lo que encuentren, una linterna, una lupa y unos prismáticos.
- El juguete favorito de tu hijo, si tiene algún muñeco o juguete del que no se desprende nunca, no lo olvides.
5 rutas perfectas para hacer con niños
1. Lagos de Covadonga, en Asturias
Lugar emblemático en el Parque Natural de los Picos de Europa. Consiste en una senda circular de 6 km, 2 horas de recorrido de baja dificultad que se pueden acortar por un tramo. Imprescindible llevar ropa de abrigo, incluso si acudes en verano.
2. La Pedriza, en Madrid
Este sendero del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama si se hace completo son 7 km, unas 4h, pero si vas con niños pequeños se puede hacer caminando únicamente 1.5 km sin grandes desniveles. Disfrutaréis con los niños de ir identificando las diferentes formas rocosas parecidas a animales.
3. Parc del Garraf, en Barcelona
Esta ruta que comienza en la Ermita de Nuestra Señora de Brugués, llega hasta el Castillo de L´Eramprunyá. Es preferible ir el segundo domingo del mes, ya que es el único día en que se puede acceder al castillo. Aunque solo hacer el sendero merece la pena, hay que cruzar un puente de roca natural y también se puede visitar una cueva. En la zona del castillo, hay una gran explanada para hacer picnic o jugar con los más pequeños.
4. Parque Natural de la Albufera, en Valencia
Además de varias rutas que puedes elegir en función de la duración del recorrido, se puede pasear alrededor de la albufera, dar un paseo en barco y observar las aves desde el centro de información.
5. Desembocadura del Guadalhorce, en Granada
Recorridos bien señalizados que comienzan en Guadalmar, cuentan con casetas para avistar las aves. Podréis observar también la salinidad de la Laguna Grande y la Laguna Escondida.